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Yo Inmigrante Houston

“Estoy enraizada, pero fluyo” Virginia Woolf

Vivos y muertos en un mismo naufragio. Dibujos de Rayma Suprani. Las motivaciones que entrelazan, en el contexto actual de Venezuela, a cientos de hombres, mujeres y niños a salir obligados en caravanas, por coordenadas más o menos concretas a cualquier parte del mundo, convergen en la desesperada búsqueda de alimentos, salud y libertad. Esto se debe a la impactante crisis humanitaria promovida por la tiranía en tránsito que después de veinte años, hoy parece atragantarse con sus propios restos.

 

Esta y otras penurias que padece el inmigrante es lo que provoca la voluntad crítica del trabajo de Rayma Suprani (Caracas, Venezuela 1969), en su exposición Yo Inmigrante: Houston. (BAG Art Gallery, Houston, Texas); su proyecto, movido por el álgido éxodo de un pueblo empujado a huir despavorido, hace las veces de un territorio de asilo que busca a través de las estrategias de su mordaz humor, acompañar a los que lograron escapar del terror. Al tiempo que, paradójicamente, viven atrapados en las ganas de volver al país, un retorno que debe darse protegidos bajo un marco de derechos que permita a todos vivir en libertad y lejos de la tiranía. El conflicto de una vida atravesada por las pasiones suele representar un paso doloroso por las inflexiones anímicas, éstas pueden llevar a quienes las viven, a transitar rutas insospechadas o naufragar en un océano de tribulaciones y nimiedades.

 

Lo cierto es que, por más difusas que sean sus formas, es claro que el quiebre del contacto físico con las personas y las cosas que influyeron en la construcción emocional de cada uno de nosotros, representa una experiencia trágica y difícil de sobrellevar. En este sentido, Rayma sabe personificar desde su sensibilidad e ingenio el drama del éxodo. Todos encontramos un gesto de afinidad e identidad, un aliciente y reconocimiento, en su proverbial trabajo. Esta página de la historia patria de Venezuela se ha convertido en la oportunidad para que Rayma interprete un aria particular a través del dibujo, confluencia de voces y trazos, en la que narra en tiempo presente, hechos verídicos cargados de un profundo drama que, con optimismo, deja ver signos de esperanza. Testimonio que recuerda las crónicas del “Va pensiero” el coro del tercer acto de la ópera el Nabucco (1842) de Giuseppe Verdi (Le Roncole, Italia – 1901 Milán, Italia) donde el compositor aborda también el tema del exilio. El coro de Verdi es asumido, en su momento, por el pueblo italiano con tal pasión que lo convierte en la canción de combate para recuperar su país perdido, tras haber sido segregado y ocupado por la dominación extranjera.

 

Verdi incluso afectado por ese momento histórico de su nación, se zafa del miedo impuesto para llevar el mensaje épico al corazón a sus coetáneos. De esta manera, podemos sugerir que el trabajo de Rayma es un compromiso que contiene las cualidades emocionales y críticas necesarias para convocar la resistencia al tempestuoso oleaje. El exilio es un naufragio inmenso, revuelto. Rara vez se muestra apaciguado. Quienes lo viven, puede que avisten en el trabajo de Rayma, una suerte de fragata que los recogerá de la deriva, su mensaje va directo al corazón, como el pensamiento que fragua la libertad. Imagen trágica y romántica, que bien puede referirnos a La balsa de la Medusa, (circa 1818- 1819) de Théodore Géricault, un inmenso lienzo que representa los restos de un navío. En la parte inferior de la balsa se encuentran cuerpos sin vida, también un par de personas que los sujetan bajo una mirada sin esperanza, mientras que en la parte superior están los supervivientes, agitando sus brazos para intentar ser vistos, como si hubiera nacido en ellos la voluntad de vida y esperanza.

 

La crueldad y la barbarie que viven los tripulantes durante la travesía, puede que no sea tan irreal con los límites de la supervivencia dentro y fuera del territorio añorado. Las maniobras y cualquier otro esfuerzo por reflotar la vida por encima de las dificultades propias del mal tiempo y los vientos contrarios, es la experiencia que brinda la oportunidad para ondear cualquier trapo con la esperanza de ser rescatados, pero también es una ocasión para valorar la presencia de otras personas que viajan apretados con nosotros, esperando le tendamos los brazos para evitar caer, tras el movimiento agresivo de las olas, el gesto de la solidaridad. El reparo expresado en los dibujos de Rayma, sobre el viaje, aporta un mensaje claro de virtud y aliento. A su vez, nos refiere a las lúcidas palabras de Friedrich Nietzsche sobre la necesidad de abrazar la vida y de abandonar lo inerte. Vivos y muertos en un mismo naufragio es un mensaje que viaja directo al corazón, resucitándonos de las sombras del destierro.

 

Pietro Daprano

Curador